He salido de la Ciudad Esmeralda con la única sensación de que todas mis ínfulas alrededor del Mago eran simple humo que obstruía mis pulmones.
Vuelvo a la senda, estoy de nuevo en el Camino de Baldosas Amarillas, con un único compañero, Totó, a mi lado desde que sólo conocía Kansas.
Mis antiguos compañeros de camino han encontrado en la visita del Mago tanto como iban buscando. Ahora la Senda de Baldosas Amarillas sólo se bifurca para mí mientras mi dulce perrito faldero me consuela de mi nueva y acrecentada soledad.
Seguiremos el Camino de Baldosas Amarillas, Totó, pero siempre por la bifurcación más oscura.