¿Por qué esperaba que el Mago hubiera oído de mis andanzas?
¿Por qué esperaba que el Mago me estuviera esperando, en su trono de jade, sólo a mí?
Cuando lo ví, cegado por el brillo de mis zapatos rojos robados a cualquiera de las Brujas de cualquier punto cardinal, pensé que me había reconocido. Pero simplemente era un conspirador, aliado de la Bruja del Oeste.
Volveré al Camino de Baldosas Amarillas, el único lugar donde me encuentro segura, sentada sobre los ancianos e impertérritos ladrillos en los que aprendí a cicatrizar mis rodillas, hasta que encuentre la forma de volver a Kansas.