24/8/09

Brick Road IX

La gran gema verde de Ciudad Esmeralda se apagó y con ella, todos los velos circenses del Mago y de las gentes místicas que poblaban la ciudad como únicos moradores. Y con su desaparición llegó la caída de la Ciudad.
Quizá es que la Ciudad Esmeralda se sustentaba en los sueños e ilusiones más puros, es decir, los de los seres más pequeños que por obra y gracia de la codicia del propio Camino Amarillo fueron los únicos que cayeron antes de conseguir su meta. Con la desaparición de lo pequeño, la argamasa de la éterea Esmeralda desaparecería, sumiéndola a una montaña de polvo.
Una piedra suelta del Antiguo Camino y una lentejuela de mis chapines brillantes, más rojos de lo que sería plenamente cabal, se acompañan mutuamente a la cuneta, al mismo lugar que fue a parar la Gran Ciudad en la que estaban todas las respuestas e, incluso, la forma de volver a Kansas.
Pero la Ciudad ya no existe, desapareció como lo hizo Totó y como lo hizo el Mago y tantos como me acompañaron en la senda. Y para mí sólo quedan las baldosas desmenuzadas del Antiguo Camino, amarillas, sí, pero teñidas por la larga lista de sangre que he ido derramando.
Y no hay forma de volver a Kansas, así que, ¿qué sentido mantienen los chapines en mis pies?

19/7/09

Brick Road VIII

Y todas las celebraciones y velas trémulas se apagaron de golpe con el suspiro temoroso de los recuerdos unidos a Totó. El camino de baldosas amarillas quedó oscurecido por un momento, privado del refulgir de mil estrellas que solía acompañarlo hasta la entrada de la Ciudad Esmeralda, acallando cualquier lamento o grito de queja.
Y el silencio reinó en el sendero amarillo, como antaño, como antes de atravesar las barreras de Kansas o como antes de saber de su existencia en el otro lado de las tormentas. Nadie habló porque no había nadie para recitar unas hermosas palabras por los caídos, entre los que se encontraban pilares tan básicos para mantener la historia como Totó y el mismísmo Mago. Ante todo y sobre todo, Totó.
Y no hubo nadie, nadie para romper el silencio, porque tan sólo yo quedaba en la senda intentado encontrar con una brújula desimantada la ruta de regreso a Kansas. No quedaba nada en Oz que mereciera mi atención, ni tan siquiera nada que mereciera mis lágrimas. Todo se había perdido en un segundo y había bajado la guardia. No estaba dispuesta a pelear.
Y cuando en el camino ya no quedó nadie, ni tan siquiera los ecos de los pensamientos que me ocuparon antaño, me dejé caer, mientras el vacío de la pena y la nada hacía mella en mí, mientras sólo quedaba yo en el camino amarillo, mientras mis compañeros habían conseguido lo que buscaban y yo había quedado atrapada en los limbos de un mundo que ni tan siquiera era el mío.

14/5/09

Brick Road VII

¿Y qué será del Antiguo Camino ahora que los peregrinos lo han abandonado, que las trompetas de la Ciudad Esmeralda ya no suenan para reconfortar el ánimo del caminante, el Mago ya no extiende su voz sobre las Tierras de Oz reconfortando a quién lo necesite?
¿Y qué será de la Senda Amarilla ahora que el Espantapájaros ha vuelto a cuidar los campos de maíz convencido de que nunca conseguirá cerebro, que el Hombre de Hojalata se ha dejado oxidar consciente de que no recuperará su corazón y que el León está a punto de prenderse en llamas para acabar con el dolor de la cobardía?
¿Y qué será de los Ladrillos gastados cuando las esperanzas de la pobre niña perdida y lejos del hogar se han ido esfumando una a una? ¿Qué pasará ahora que el Mago no está y los chapines de rubíes han perdido su color? ¿Qué pasará ahora que Totó se fue entre los humos nocivos que desprende la malvada bruja del Oeste como venganza final?

30/4/09

Totó II

De las baldosas resvala la lluvia amarilla que empapó mi alma después de la caída de la Ciudad Esmeralda. Recorro mi cesta, buscando sin éxito en ella a Totó, mi perdido amigo en los sacrificios necesarios para llegar al Mago, o a los espejos rotos en los que él moraba.
Y siento como mi corazón se para cuando creo escuchar sus ladridos desde la cesta, ver sus saltos alegres al verme caminando a lo largo del camino o sus lágrimas compartidas cuando necesitabamos parar para continuar a lo que parecía una buena meta que nos devolviera a Kansas.
La lluvia cae en el antiguo camino en el que estoy sentada, esperando que alguno de mis antiguos compañeros vengan a mí, recuerden los viejos tiempos por los que brindar recordando a Totó y los buenos momentos que todos pasamos juntos cuando la Ciudad Esmeralda aún estaba en pie y conseguir que el Mago nos diera alas para volar.
Pero el Camino se ve desierto, Totó ha muerto y mis chapines han perdido el color esperando la vuelta imposible a Kansas.

1/4/09

The Wizard IV

Recorrí, en la soledad y el silencio, de nuevo el camino hasta la derruída Ciudad Esmeralda, esperando encontrar entre los escombros la llave que abría la cámara secreta del Mago. Por un instante pensé que había encontrado la cámara y la abrí sin necesidad de nada más que mi voluntad y mi insaciable curiosidad, mientras notaba que mis lágrimas por la pérdida de Totó se secaban sobre mis mejillas.
Sin embargo, aquello no era más que otra de las señales de humo que el Mago normalmente utilizaba, quizá era tan sólo otra cortina de misticismo tras la que el Mago desapareció hacia otro lugar donde para encontrar las metas no haya que sacrificar el alma, donde las Brujas de los Cuatro Puntos Cardinales le adoren y le abaniquen debajo de una cocotera.
No existía tal cámara, tal tesoro y ni tan siquiera la esencia del Mago flotaba ya en el aire. Mis pulsaciones se han relajado desde el frenesí inicial, mientras mis lágrimas manan, por no seguir al Mago cuando todavía Totó estaba en mi regazo.

23/3/09

Totó I

Ningún héroe de los que aún queden vivos en Oz pudo imaginar jamás compartir senda con nadie más noble que este pequeño perrito.
Siempre permaneció a mi lado, incluso cuando yo le daba la espalda o me enfadaba por cualquier situación. Siempre me ayudó en mis batallas con la Bruja del Oeste, incluso en mis ansias por encontrar al Mago que no sabía ni siquiera de mi existencia.
Tomaba conmigo la senda aunque el camino fuera oscuro y las baldosas amarillas se desdibujaran por la pérdida del rumbo correcto. Lamía mis rodillas para que sus heridas sanaran antes y acompañaba con sus alegres ladridos todas mis pesadumbres.
No necesitaba más que llamarlo para que acudiera, obediente a mí, dispuesto siempre a esperar a que abriera los ojos y me percatara de que para él era lo único importante en el camino.
Siento que para llegar hasta la Ciudad Esmeralda haya tenido que usar sus piernas, que para que se me abrieran sus puertas haya tenido que usar su sangre para teñir mis chapines que habían perdido los rubíes a lo largo de la bifurcación de la senda.
Siento que Totó ya no viaje en mi cesta ahora que todo está derruído y se nubla el sendero a Kansas.

12/3/09

Brick Road VI

De nuevo en el camino, una senda retorcida de cada vez más escasos ladrillos y con cada vez más espinas. Pero esta vez no habrá una brillante meta al final, verde contra azul, a la que llegar.
La Ciudad Esmeralda ha sido derruída y mis antiguos compañeros de aventura han tomado otros caminos. Las gentes de Oz no se mueven en procesiones alegres hacia la ansiada meta, porque el Mago ya no estará allí para recibirlos.
Todo está derruído y los grandes pilares de Oz se han perdido. Ahora, ni tan siquiera las Brujas podrán arreglar la Tierra Mágica después de la caída de la Ciudad. Los chapines de rubíes necesitaron demasiada sangre para mantener su color.
Buscaré los nuevos ladrillos, quizá así sea capaz de reconstruír la Ciudad Esmeralda y volver a Kansas.

15/2/09

The Wizard III

¿Por qué tomaste como ofrenda a Totó, Mago? ¿Qué hizo él para que tuviera que pagar el caro viaje a lo largo de Oz?
Sal, Mago, donde yo pueda verte.
Siento mi labio temblar al darme cuenta de que el auténtico Mago no es aquel que hizo que yo blasfemara en su contra. Siento como las lágrimas manan de mí al saber que el que se llevó a Totó no es el hombre que esta ante mí.
¿Y tú te haces llamar Mago?
Eres un simple mortal, como cualquiera que puebla el camino.
Si en realidad eres un Mago, ¿por qué no intentas nada para devolverme a Totó y así poder devolverte el trono Esmeralda que tantas lágrimas ha causado?
¿Por qué te quedas de brazos cruzados, Mago y mandas a tus emisarios a decirme lo que deberías estar susurrando tú?
¿Por qué ya no está Totó en mi cesta?

30/1/09

The Wizard II

Mírame, Mago.

He sufrido en el camino lo que no está en los escritos por llegar hasta tí. Busqué en la senda el mágico lugar sobre el arcoiris donde todo es bello. Y, ¿qué he encontrado? Sólo dolor y pérdida. y, ¿quién ha sido el culpable?
Es mejor que no hables, simplemente estás aquí para escuchar. He llegado hasta la Ciudad Esmeralda con un único propósito: saldar las cuentas que tenemos pendientes. Vamos, Mago, es tu momento de que pidas perdón.
Vamos, Mago, reconoce que conspirabas con la Bruja del Oeste para quitarme a Totó.
Sal Mago dónde yo pueda verte.

19/1/09

Entry of Emerald City II

Las puertas de la Ciudad se han abierto ante mí por arte de magia. Todo está en silencio. Todo. Nada. Siento como faltan los ladridos de Totó a mi lado, pero la Bruja del Oeste lo reclamó a su lado.
¿Dónde estás, Mago? Sal donde yo pueda verte y pueda pedirte cuentas por todos los sacrificios que supone el Camino de Baldosas Amarillas.
¡Sal, Mago!
Con la cabeza gacha te veo avanzar hacia mí, altiva desde mis chapines de rubíes. Ven, Mago, es hora de que hablemos de lo que he sufrido.

14/1/09

Entry of Emerald City I

Bien, aquí estoy, al final del Camino Amarillo, sin ninguno de mis extraños compañeros conmigo. ¿Dónde está el Mago? Quiero verle y pedirle cuentas de los terribles requisitos para llegar hasta aquí.
¿Dónde está el Mago? Nadie habla de él a lo largo de las Tierras de Oz. Se marchó volando entre pájaros de mal agüero de vuelta a algún lugar en el lado de Kansas.
Sin embargo, ahora la Ciudad Esmeralda no tiene Señor. ¿Su trono de Jade me estaría esperando a mí, la recién coronada señora de Oz por derrotar a la bruja del Este y del Oeste?

7/1/09

Brick Road V

Pienso, luego soy capaz de contar las baldosas amarillas, una a una, que pueblan el camino.
Pienso, luego no he enloquecido, o aún, no lo suficiente como para no saber que Totó está más grave de lo que puedan curar mis brazos.
Pienso, luego agravo la situación. No acude a mí la carcajada fácil y la sonrisa cínica que me facilite el duro trance.
Pienso, luego la caída será peor de lo esperado.
Pienso, luego Totó está herido, luego ambos estamos perdidos.
Pienso, así que gritaré a los cuatro puntos cardinales, espantando y atrayendo a sus brujas, buscando el auxilio del Mago que nos despreció.
Pienso que si no hubieramos salido de Kansas, esto no hubiera pasado.

Bienvenido a la Tierra de Oz

Si has llegado hasta aquí, aguarda un momento antes de reemprender la senda. El camino de baldosas amarillas aún tiene algo que contarte.

If you want to see the Wizard, the Wonderful Wizard of Oz...

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